
Un día su madre le informó de que su abuela estaba mala.
Y la mando con una cesta, en ella levaba mantequilla, mermelada de fresa, unas galletas y unos bollos de leche recién sacados de la panadería.

Ella era muy inocente, y se paro a cogerle flores a su abuela.
El oso cogió un atasco por el que llegaría antes que Caperucita para atacar ala abuela que como siempre estaba en su cama tejiendo mantas para el invierno.
Cuando llego Caperucita ya todo avía pasado la abuela estaba en la barriga del aquel oso grade y glotón que lo que quería era comerse a la pobre Caperucita.
Los gritos de ella llegaron a los oídos de un gran cazador que no se lo pensó dos veces y le rajo la barriga del gran oso. Lo sacaron de la casa, lo metieron en una barca y lo lanzaron río a bajo.